Altar de los muertos en Museo Nacional
05-11-2017
Bogotá D.C.-Cundinamarca
Este año la embajada de México junto con el Museo Nacional de Colombia rindieron homenaje al artista José Luis Cuevas (México 1934-2017) y al arquitecto Dicken Castro (Colombia 1922-2016) con la instalación en una de la salas del museo de un altar de muertos: una ofrenda típica de la cultura mexicana donde se ofrendan alimentos, flores, velas y objetos personales de los fallecidos. El día de muertos (celebrado cada 1 y 2 de noviembre) busca honrar a aquellos seres queridos que partieron de este mundo, quienes (según la tradición mexicana) regresan en estas fechas al mundo terrenal a visitar a sus familiares vivos.
La celebración del día de los muertos consta de la construcción de altares en honor a familiares, amigos o personajes de la historia, ya fallecidos. Cada altar esta compuesto por diferentes componentes, con un significado y razón de estar presente, por ejemplo el agua, representa la pureza del aroma, la regeneración de la misma, y la fertilidad (se ubica un vaso de agua, para que el espíritu se refresque y mitigue la sed después del viaje al mundo de los muertos) como también se prepara la comida preferida del difunto y pan, como acción de gracias. Por otro lado, el altar se decora con claveles chinos, que con su aroma guían al espíritu en este mundo; papel picado que representa la alegría y el viento, como también objetos personales del difunto para recordarle su vida terrenal, claro esta, que una foto del difunto debe estar presente en lo mas alto del altar. Finalmente se ubican velas de color blanco, que con su luz guían al espíritu en este mundo, además de 3 calaveras que representan a la santísima trinidad (Padre, Hijo y Espíritu santo), acompañadas de catrinas, símbolos de que la muerte siempre esta presente.
Respecto a las catrinas, con el fin de aportar un grano de arena a esta instalación que rinde homenaje a una gran celebración mexicana, 10 catrinas fueron vestidas por diseñadores colombianos (Ej. Pepa Pombo & Silvia Tcherassi) donde combinaron la estética y tradición mexicana con materiales y técnicas colombianas.
La sala donde estaba ubicado el altar, era luminoso, agradable y acogedor. Me parece una tradición muy bonita y discente (es el eje principal de la película de Pixar COCO) pues las personas buscan mantener una conexión con sus seres queridos ya fallecidos, una celebración que encuentra una balance entre el mundo espiritual con el terrenal, creando conexiones -posiblemente científicamente no explicables- que promueven recordar a los fallecidos por lo buenos que fueron, por la huella y el legado que dejaron, alejando el rencor y atrayendo el respeto y el perdón.
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